Prevención de accidentes

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Los accidentes son una significativa causa de morbilidad y mortalidad en los adultos mayores, esto quiere decir que son importantes generadores de enfermedad y muerte. El tratamiento de los accidentes en este grupo etario no difiere mayormente en relación con las personas más jóvenes; pero hay que tener en cuenta que, en general, las consecuencias son más graves. Por ello es importante actuar con celeridad, manteniendo la calma y procurando la rápida asistencia profesional del accidentado. Es importante tener disponible los números de teléfono local de emergencias y de un centro de intoxicaciones, para recibir orientación.

Entre los accidentes más comunes de los adultos mayores se encuentran las caídas y las intoxicaciones. Existen factores bien conocidos que favorecen estos eventos; al conocerlos, se pueden tomar medidas de prevención.

CAIDAS
Las caídas son más comunes en las mujeres. Su incidencia aumenta con la edad. Las consecuencias de las caídas van desde pequeñas contusiones y excoriaciones cutáneas hasta hemorragias externas o internas, lesiones de órganos internos, fracturas en diferentes lugares, incluyendo las tan temidas fracturas de cráneo, columna y cadera.

Muchas personas, tras una caída, quedan con secuelas físicas y/o psicológicas de por vida, lo que ocasiona una disminución de su autonomía y un aumento del grado de dependencia. Esto no solo tiene repercusiones personales, sino también familiares y socioeconómicas.

Factores que favorecen las caídas
Factores extrínsecos: (aquellos dependientes de situaciones externas a la persona)
Escaleras: Pasamanos defectuoso, inapropiado o ausente. Peldaños altos, sin antideslizante. Ausencia de descansillo. Problemas de iluminación. Obstáculos.
Iluminación: Poca luminosidad o luces muy brillantes.
Suelos: Desniveles. Presencia de obstáculos al paso, como muebles, cables o juguetes. Suelos irregulares, deslizantes. Problemas de contraste de colores.
Baños: Ausencia de barras de apoyo en paredes de la ducha y en el resto del baño. Escaso espacio de movilidad. Inadecuada altura del retrete y del bidé. Pisos resbaladizos y ausencia de protección antideslizante adecuada.

A estos, se le pueden agregar aquellos fuera del domicilio: en las calles, las plazas y los medios de transporte.

Entre ellos, se pueden mencionar las irregularidades y los obstáculos en las veredas, defectos en el pavimento de las calles, mal funcionamiento de semáforos, problemas de ingreso, viaje y salida de medios de transporte por déficit o inadecuación del vehículo o mala conducción.
Factores intrínsecos: (aquellos dependientes de situaciones internas de la persona)
Órganos de los sentidos: Déficit visual, auditivo y táctil.
Patologías físicas: Anemia, deshidratación y enfermedades cardiovasculares, neurológicas y osteoarticulares, entre las más frecuentes.
Psicógenos: Depresión, trastornos de ansiedad y estrés patológico.
Medicamentos: Ansiolíticos, antidepresivos, vasodilatadores o hipotensores, entre otros.
Drogas: Alcohol y estupefacientes.

La estrategia para prevenir las caídas en los adultos mayores incluye la corrección de los factores extrínsecos mencionados, en cuanto a los factores intrínsecos, el tratamiento adecuado y oportuno de las patologías mencionadas, así como el uso racional de la medicación, y la información por parte de los médicos, a sus pacientes, de los efectos adversos y secundarios de los fármacos. A esto se puede agregar una buena alimentación, mantener el peso adecuado y el ejercicio físico, guiados por profesionales especializados. Se debe recomendar, además, que eviten los movimientos bruscos.

INTOXICACIONES
Un tóxico se define como cualquier sustancia química que, al ingresar al organismo, puede provocar lesiones o muerte. Las intoxicaciones agudas se caracterizan por la aparición de signos y síntomas tras la exposición reciente a un tóxico.

Las intoxicaciones se clasifican en:
Voluntarias: Intentos de suicidio.
Involuntarias: Accidentes, confusiones o sobredosis de drogas.
La vía de ingreso más común del tóxico es la oral (80%), seguida por la piel (7%). Otras vías son la inhalatoria y la ocular.

Entre los adultos mayores, las intoxicaciones agudas tienen que ver, sobre todo, con accidentes y confusiones. Esto tiene relación con los déficits visual, auditivo, olfatorio y gustativo propios del envejecimiento, y también con la perdida de la memoria y la atención que algunos pueden tener.
Las intoxicaciones más frecuentes son las producidas por medicamentos, monóxido de carbono y alimentarias.

Medidas para evitar la intoxicación

Evitar la automedicación y los medicamentos no prescritos por el médico.
Guardar los medicamentos en su envase original y con su etiquetado.
Mantener la cadena de frío de los medicamentos que lo requieran.
Evitar que quienes padezcan deterioro cognitivo o demencia, déficit de memoria, déficit visual y determinadas patologías psiquiátricas manejen la ingestión o la aplicación de los medicamentos. Consúltelo con su médico.
Evitar usar envases de productos alimenticios, o los utilizados para agua o bebidas refrescantes, para rellenarlos con contenidos tóxicos.
No instalar calefones en los baños.
Apagar estufas, garrafas o alcohol cuando no se usen. Evitar uso de braseros o similares.

Revisar, todos los años, las salidas al exterior y el estado de funcionamiento de calefones y estufas.

Mantener una ventilación adecuada.
Revisar las fechas de vencimiento de los alimentos y de las bebidas que se consumen.
No comer alimentos de procedencia dudosa.
Lavarse las manos con agua y jabón antes de comer. Lavar bien las frutas y las verduras que se comen crudas.
No consumir los alimentos que vienen en envases abombados, oxidados o deteriorados. No consumir carnes sin adecuada cocción. No consumir lácteos ni otros alimentos que no han conservado la cadena de frío. Evitar el consumo de hongos silvestres y de mariscos.

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